Alergias:

Es la reacción fisiológica que el organismo produce cuando el sistema inmunológico detecta alguna sustancia nociva para el cuerpo. Esto implica la puesta en marcha del sistema de defensa y de alerta en nuestro gato, que nos indica que algo está dañando su salud.

Pueden producir alergias en los gatos: algunos alimentos, distintas plantas y hongos, polen, perfumes, picadura de pulgas, productos antipulgas, productos de limpieza, humo del tabaco, materiales plásticos, entre otros. Los síntomas que puede desarrollar nuestro felino son: estornudos, secreción nasal y/u ocular, tos, picor en la nariz y/u ojos, falta de pelo, piel enrojecida o inflamada, picor y rascado, vómitos y diarreas.

El tratamiento dependerá del tipo de alergia que tenga tu gato. Su veterinario tras los estudios médicos que realice te dirá los pasos a seguir.

Conjuntivitis:

Es la inflamación de la membrana que recubre el ojo y el interior de los párpados. Los gatos tienen una salud ocular delicada, por lo general es más común en gatitos pequeños (menos de 6 meses de vida). Los motivos son diversos y los síntomas son visibles, por lo que es fácil que nosotros mismos podamos detectarla a simple vista en nuestros mininos.

Es importante que acudamos al veterinario y este nos indique el tratamiento a seguir, ya que, si bien es una afección tratable, en algunos casos puede ser un síntoma de otra enfermedad más grave.

Los síntomas son: enrojecimiento de los ojos y en la parte interna de los párpados, hinchazón, lagrimeo o secreción ocular espesa, picor y rascado con sus patas, ojos cerrados o dificultad para abrirlos.

En algunos casos el tratamiento consiste en la indicación, por parte del veterinario, de antibióticos, mientras que en otros casos nos indicará solo cómo y con qué limpiar o curar los ojos de tu mascota.

Otitis:

Es la inflamación del conducto auditivo y del pabellón auricular. Suele causar dolor y en algunos casos pérdida de audición temporal.

Si nuestro gato está con las defensas bajas, puede desarrollar otitis, por múltiples motivos. Dos de ellos son: Por los ácaros del oído, al estar en contacto directo con una zona o animal infectado; o se da de forma secundaria a un traumatismo o a una infección debido a un cuerpo extraño (bacteriana o fúngica).

Por lo general en primavera y verano es la época del año en la que más pueden desarrollar otitis, por el aumento de la temperatura y de la humedad del ambiente.

Inmunodeficiencia felina:

Es consecuencia del virus lentivirus, esta enfermedad se conoce como el HIV felino. Su transmisión es por medio de la reproducción, pero también por las peleas, en la que un gato enfermo muerde o lastima a otro.

En su mayoría son los gatos adultos no esterilizados los más afectados. Los síntomas implican una depresión del sistema inmunitario y enfermedades secundarias oportunistas frecuentes. Que son las que terminan causando la muerte del gato afectado. Todavía no se encontró una vacuna, pero se sigue trabajando en ella.

Insuficiencia renal o fallo renal crónico:

Es una afección común en los gatos de edad avanzada.

Consiste en el mal funcionamiento de los riñones durante un periodo prolongado, impidiendo que nuestro gato pueda eliminar las impurezas de la sangre.

Esta enfermedad es irreversible, se desconoce que la provoca, pero si se diagnostica a tiempo se puede mejorar la calidad de vida de nuestra mascota. Esto se logra con el cambio de su dieta diaria, para que reduzca el trabajo de los riñones y no sobre exigirlos.

Leucemia felina:

Es producida por un virus llamado oncovirus, que se transmite por contacto con fluidos corporales (sangre, saliva, orina, heces, leche materna, etc.). Es un cancerígeno de fácil transmisión. Algunas situaciones cotidianas que pueden facilitar el contagio son: las peleas de gatos, en las que siempre se generan heridas sangrantes y si uno de ellos está infectado puede contagiar a su oponente.

También mediante el acicalamiento de unos a otros al entrar en contacto con la saliva de un gato infectado, o si comparten el arenero, por la orina y las heces, incluso una madre si se encuentra infectada puede pasar el virus a través de la leche.

Por lo general tienden a desarrollar más esta enfermedad los gatitos pequeños y jóvenes. Cabe destacar que puede generar daños importantes, incluso la muerte. Los síntomas que pueden desarrollar son: tumores en distintos órganos, ganglios aumentados, pérdida de peso, inapetencia, anemia y depresión.

La forma de prevenir esta enfermedad viral es por medio de la vacunación y evitar el contacto de nuestro gato con ejemplares que estén enfermos.

Panleucopenia felina:

Esta enfermedad también es conocida como enteritis, el moquillo felino o gastroenteritis infecciosa. Es provocada por un parvovirus y el contagio se produce por el contacto con los fluidos corporales de un gato que se encuentra infectado. Los síntomas más comunes son: fiebre, debilidad, diarrea, vómitos, deshidratación, inapetencia y desgano.

A través de un análisis de sangre veremos que también presentan bajos los niveles de leucocitos y/o glóbulos blancos. Por lo general esta enfermedad afecta en mayor porcentaje a gatitos pequeños y jóvenes.

Es una enfermedad mortal. El tratamiento consiste en antibióticos e hidratación intravenosa. A través de la vacunación estaremos realizando prevención, como así también evitando el contacto con otros gatos enfermos.

Peritonitis infecciosa:

El tipo de virus que provoca esta enfermedad es de la familia de los coronavirus. En su mayoría afecta a los ejemplares jóvenes y en menor medida a los adultos.

Su contagio es por medio de las heces de los gatos infectados, es decir, que cuando un gato que se encuentra sano las olisquea, el virus ingresa por las vías respiratorias.

Es una enfermedad común de lugares en donde conviven un gran número de gatos. Los síntomas comunes son: fiebre, inapetencia y un aumento del volumen del abdomen por la acumulación de líquido en él.

El virus ataca a los glóbulos blancos, y de esta manera provoca inflamación en las membranas de las cavidades torácicas y abdominales. En el caso de que afecte la pleura, produce pleuritis, mientras que si se trata del peritoneo produce peritonitis. El tratamiento consiste en medicación para aliviar los dolores y molestias que padece el gato.

La manera de prevenir a nuestro gatito contra esta enfermedad es por medio de la vacunación. Si no está vacunado y contrae la enfermedad no hay cura y termina con la vida del gato que la contrajo. Por tal motivo se recomienda separar rápidamente a cualquier gato que sepamos que está enfermo, para que los demás continúen sanos.

Tiña:

Es una infección causada por hongos, los cuales son altamente contagiosos. Tanto que se puede transmitir de gatos a humanos y se extiende rápidamente.

Un gatito desnutrido es más propenso a contraer hongos, otro factor es si pasa muchas horas con el cuerpo húmedo, o por el contacto con gatos enfermos. Uno de los síntomas principales y al cual hay que estar atentos, es la aparición de calvicies de gran tamaño en el pelaje de tu gato.

Si observas esto tienes que consultar rápidamente al veterinario de tu mascota, para evitar ser contagiado por tu gato y comenzar el tratamiento que este te indique para el mismo.

Una forma de prevenir la tiña es que tu gato lleve una buena alimentación y calidad de vida.

Trastornos gastrointestinales:

Es una afección muy frecuente, pero de escasa gravedad. Con síntomas que pueden ser dolorosos o molestos. Los principales son vómito y diarrea, que pueden derivar en deshidratación y dolores musculares.

Las causas pueden ser la ingesta de alimentos en mal estado o que no sean digeribles en su totalidad por el sistema digestivo de los gatos, parásitos o alergias alimentarias. Cualquiera sea la causa, requerirá de atención veterinaria y de un tratamiento indicado por el mismo.